domingo, 5 de febrero de 2017

Nos vemos en Amazon


Me dijo alguien que no tiene mucho sentido sentarse a esperar aquello que mal llamamos inspiración y que en realidad no es más que el fruto del duro y constante trabajo. Duro dilema para un alma presa de la inquietud como la mía que anda de aquí para allá más pendiente de crear que de plasmar negro sobre blanco lo ya creado.

No deja de ser curiosa esta sensación de escribir. Solo ante la página en blanco con el firme propósito de dar vida a una historia con unas letras. Hay que verlas en la página. Negras, todas negras. En fila como colegiales aplicados, inmóviles como estatuas, caprichosas y distintas.

Pero, ¡ay amigo!, todo debe cambiar al leerlas. Hay que sentir cómo toman vida y te envuelven, y sentir que te erizan el vello, arrastran lágrimas, o te sonsacan carcajadas. Te hablarán de lejanos rincones, de ocultas sensaciones, de lamentos y risas, de virtudes y defectos, de locuras pasajeras y deseos satisfechos, de ambiciones y desencantos, de todo cuanto somos y hemos hecho. Las lees y las sientes, y al cerrar el libro las vives en tus sueños.

Así que como decía al principio, no deja de ser curiosa esta sensación, pues todo escritor es lector, y debería sentirse de este modo ante sus obras. ¿Acaso no requiere esto cierta inspiración?

¿Y quién mejor que mis personajes para que hablen por mí? Acceda a mi página de autor en amazon, ellos le mostrarán el fruto de ésa inspiración. Sea bienvenido.

Un saludo.

No hay comentarios: